No somos números.
(Una acción contra los desahucios)
La Platafroma de
Afectados por la Hipoteca (PAH) lo venía anunciando desde hacía
un tiempo: «Si Caixa Catalunya no responde a las 321 solicitudes de dación en
pago presentadas, tendrán guerra». Dicho y hecho. Ayer 10 de enero, a las cinco
de la tarde en punto, cientos de personas se congregaban en la vía Laietana de
Barcelona frente a la puerta del edificio central de Caixa Catalunya. Enmedio
también estuvimos allí –¿cómo íbamos a perdernos algo así?– y llevamos con
nosotros la última producción de nuestro Taller de Acción
Fotográfica (TAF!): la colección de postales «No somos números».
Se nota que estas postales están pensadas específicamente
para acciones como ésta. En menos de media hora teníamos ya cientos de ellas
repletas de mensajes personales dedicados a Caixa Catalunya, la entidad que más
gente desahucia por aquí. «Ladrones», «Nos estáis quitando la vida», «Un día
seréis juzgados», cosas así decían.
Una
vez que tuvimos todas las postales listas las pegamos allí donde más se veían,
en la puerta principal del banco, y de paso pegamos también unos cuantos
retratos gigantes de personas afectadas por esta misma entidad bancaria. A
juzgar por los periódicos de la mañana nuestra acción gustó mucho a los
periodistas allí congregados, todos publicaron las fotos que queríamos. ¿Qué
más podemos decir? Nos encanta que los planes salgan bien.
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*No
somos números es parte de “How much do I owe you”, una exposición en Nueva York
dedicada al dinero y la deuda.
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(Fotos: Oriana Eliçabe, Fotomovimiento.org y Consuelo Bautista)
“Interrumpir el relato dominante y crear nuestro propio relato es la política
que nos interesa”
Insatisfechos por la falta de
conexiones entre el arte y la acción política, Campa, Leo, Mario y Oriana
crearon junto a otras cuatro personas el colectivo Enmedio (Barcelona) que se
dedica a explorar la potencialidad transformadora de las imágenes y los
relatos. Esta semana hackearon la estatua de Colón en Barcelona y son
responsables entre otras muchas iniciativas de la vistosa campaña gráfica de
los escraches de la PAH.
Hemos conversado con ellos sobre la fuerza que tiene y puede
tener eso que llamamos arte para intervenir políticamente en la crisis.
Un espacio en Barcelona, un
colectivo de artistas, un grupo de acción, ¿qué es Enmedio?
Leo: El nombre dice mucho. Enmedio
nace de un desgarro. Somos todos profesionales de la imagen (diseñadores,
cineastas, artistas, etc.) que hemos abandonado nuestro terreno normal de
trabajo. No encontrábamos sentido a los lugares que nos estaban asignados: la
academia de arte, la agencia de publicidad, la productora. Y nos salimos para
inventarnos un sitio nuevo desde donde hacer lo que queremos hacer, un espacio
que es un tanto incómodo, difícil y está en una tierra de nadie.
Campa: En los lugares del arte no
hay política (¡en todo caso politiqueo!) y en los lugares de la política no hay
demasiadas preocupaciones estéticas, así que la misma realidad nos empujó a
inventarnos un tercer espacio, a ponernos en medio del arte y la política.
Mario: Hay una potencia en el
trabajo con la imagen que queremos seguir explorando, porque es lo nuestro, lo
que sabemos hacer, el modo en el que nos relacionamos con el mundo, pero
necesitamos llevarla a otros sitios y mezclarla con otras cosas. Enmedio hace
referencia a ese lugar desconocido en el que queremos situarnos, que tiene que
ver con la fotografía o el vídeo pero no es sólo eso aunque también sea eso,
¿se entiende?
Oriana: Hace ya diez o doce años
que exploramos en ese filo, algunos provenimos de colectivos como Las Agencias,
Yomango, V de Vivienda, etc. Hay quien ha pasado por la okupación, por la
antiglobalización, por movimientos latinoamericanos como el zapatismo y gente
sin ninguna trayectoria política o hija de los movimientos de ahora: 15-M, etc.
Esa mezcla de diferentes backgrounds creativos y políticos nos saca de nuestro
papel a la hora de trabajar juntos y produce efectos sorprendentes, es quizá la
fuerza de lo que hacemos.
¿De qué sirve la intervención
política en el ámbito de lo simbólico en un momento de crisis como el actual
que toca y afecta a lo más material de nuestras vidas, a lo más real (la casa,
el salario, etc.)?
Campa: El capitalismo nos conduce
a esta miseria, a estos desahucios y a este sufrimiento a través de imágenes y
relatos. Es un gran fabulador, con una capacidad de fascinación impresionante.
Mucha gente se hipotecó porque se creyó el relato, hecho de discurso e
imágenes, que nos llegaba a diario desde los bancos y la publicidad. La
publicidad crea imágenes de mundos deseables y ese imaginario genera paradigmas
económicos y situaciones sociales.
Leo: No está por un lado la
ficción y por otro la realidad: la ficción es el núcleo duro de la realidad.
Desde una manifestación (un acto teatral en la calle) hasta la redacción de un
discurso político (que maneja imágenes e imaginario), todo es ficción. Lo
importante son los efectos de las ficciones, si nos las podemos re-apropiar o
no, si nos las creemos o no, si generan confianza en nosotros mismos o
impotencia. La base del cambio social es cultural: los relatos que dan sentido
a nuestra vida y al mundo en que vivimos.
Mario: Por esa razón, trabajamos
en dos sentidos. Por un lado, interferir en el relato dominante, en la
explicación oficial del mundo, a través de la guerrilla de la comunicación, con
carteles, lemas, mensajes, etc. Y por otro, contribuir a la producción autónoma
de imaginarios. Ya no tanto a desarticular un relato, como a crear otro. Esto
es lo más importante y lo más difícil: autorrepresentarnos, crear nuestra
propia historia, nuestra propia explicación de lo que sucede. Un relato en el
que podamos vivir.
Vamos a ver todo esto que decís en
detalle, a partir de vuestras propias acciones. Si os parece, empezamos por la
fiesta en el INEM que organizasteis en 2009.
Oriana: Quizá lo más interesante
fue el momento: estalla la crisis pero no pasa nada en la calle. Hay miedo y
parálisis. La idea fue buscar un lugar que condensase y representase ese miedo.
Elegimos una oficina del INEM. ¡Y qué mejor que una fiesta para combatir el
miedo!
Campa: Enmedio trabaja desde la
autorrepresentación. Es decir, no se trataba de una fiesta para los parados.
Nosotros también estamos parados, vivimos en la precariedad, etc. No damos
lecciones a nadie: partimos de nosotros mismos e invitamos a los demás a
participar con nosotros. En el vídeo se ve que hay gente que sonríe, participa,
aplaude o nos dice “me habéis alegrado el día”. Buscamos ese acercamiento a
partir de nuestras propias preocupaciones, problemas y malestares.
Leo: Fue impresionante la cantidad
de visitas que tuvo ese vídeo. Creo que tocamos algo que respondía a un afecto
compartido: partiendo de lo que te atraviesa personalmente puedes comunicar con
los demás. Lo más íntimo es a la vez lo más común.
Mario: Intentamos que las acciones
sean inspiradoras y contagien, pensarlas y diseñarlas como semillas que pueden
germinar en otros lados. Después del 15-M, hubo una fiesta en una oficina del
INEM en Canarias y otras acciones parecidas . Dentro de un marco
(estético, político, teórico) que definimos nosotros, buscamos la participación
y la reapropiación.
¿Qué son los reflectantes?
Leo: Reflectantes es un grupo de
acción nacido de unas jornadas de activismo creativo que llamamos “Cómo acabar
con el Mal” y en las que se trataba de transmitir prácticas y experiencias del
activismo creativo a gente más joven, politizada con el 15-M, etc. Enlaza con
una trayectoria larga de creación de personajes que actúan en espacios de
protesta, desde Prêt a Revolter hasta los New Kids on the Black Block,
proponiendo otras maneras de estar en la calle, repletas de alegría, de color,
de creatividad.
Mario: Los reflectantes están muy
ligados al momento en el que surgen, en torno al primer aniversario del 15-M.
El poder había activado entonces la vía de la represión y la criminalización
para acabar con la protesta en calle. Entrar en esas dinámicas vacía la calle
de pluralidad, “desdemocratizando” la protesta hasta que sólo quedan grupos
pequeños y muy homogéneos, fácilmente identificables y codificables. Ahí surgen
entonces los reflectantes diciendo: “no vamos a jugar en ese juego, rompamos
los códigos”.
Campa: Los reflectantes juegan con
el imaginario de los súper-héroes y la cultura de los fans, son gente normal
pero con una serie de herramientas que les permiten hacer frente al Mal: cubos
hinchables para parar a la policía en caso de carga, espejos para deslumbrar a
los helicópteros de vigilancia, disfraces para romper la codificación, etc.
Dramatizan y a la vez desdramatizan la protesta: usando el humor, generando
otros afectos, volviendo deseable la presencia en la calle y, al mismo tiempo,
poniendo en juego elementos reales para canalizar de otro modo los momentos de
tensión y violencia.
Oriana: Muchísima gente se unió al
bloque reflectante en la mani del aniversario del 15-M, también apareció gente
que no conocíamos y había visto los disfraces en Internet. Hoy los reflectantes
son un grupo autónomo, muy cercano a Enmedio pero independiente. Eso es muy
interesante también.
¿Qué me contáis de la Fiesta en Bankia?
Mario: La misma semana que el
gobierno anuncia recortes de 20.000 millones de euros en sanidad y educación,
nos enteramos de que van a rescatar con 23.000 millones de euros de dinero
público a Bankia. Como la mayoría de la gente, estábamos indignadísimos y
entonces decidimos hacer algo al respecto.
Leo: Nos reunimos una serie de
gente afín y empezamos a pensar qué podíamos hacer para dañar la imagen de
Bankia. Pensamos que la única manera de afectar a un banco y mostrar nuestro
rechazo al rescate era animar a la gente a cerrar sus cuentas. Y que la mejor
manera de hacerlo era… era montando una fiesta (ya ves que nos encanta montar
fiestas).
Campa: Así que un día un grupo de
gente nos desplazamos hasta una oficina de Bankia y esperamos agazapados hasta
que una cliente cerró su cuenta. Y entonces entramos y le montamos una fiesta.
La clienta no se lo creía. Estuvimos dentro apenas 4 minutos, lo que duró la
canción. Y llevándonos a la cliente en volandas, salimos tal y como habíamos
entrado. De todo esto editamos un vídeo que en 24 horas tenía más de 100.000
visitas y desde entonces no han hecho más que aumentar. La página de Youtube
está llena de comentarios. El vídeo se pasó en varias cadenas de televisión y
otras fiestas “Cierra Bankia” fueron celebradas en otras ciudades del estado.
Oriana: La idea era mostrar que
algo tan íntimo y privado como tu cuenta en el banco puede ser usado de forma
política y que cerrarla puede ser un acto público y, sobre todo, ¡muy
divertido!
¿Qué fue el Discongreso?
Mario: Desde Enmedio nos sumamos a
la campaña del 25-S: “Ocupa el congreso”. Esa convocatoria coincidía con
nuestros debates internos: nos parecía que el 15-M había caído en ciertas
inercias repetitivas y que el 25-S podía ser una ocasión para romperlas. El
problema es que se trataba de una convocatoria muy cerrada, excluyente y
codificada. Nuestro trabajo ahí fue usar la comunicación como apertura. A
través de los carteles, una campaña gráfica y una propuesta para ocupar el
espacio de modo distinto, se trataba de generar otro relato, reapropiarnos de
la convocatoria, hacerla participable, deseable.
Oriana: El diseño de nuestra
campaña era muy sencillo. Reemplazamos el “ocupa el congreso” por “rodea el
congreso”, porque para nosotros no se trataba de una toma del poder sino de una
destitución del poder, y añadimos algo. “El 25-S rodeamos el congreso hasta que
dimitan. Punto”. En el cartel, una trama de puntos de distintos colores, que
representaba la pluralidad de la sociedad, rodeaba un centro.
Campa: Esos puntos se convirtieron
más tarde en fotografías. Montamos un Photocall que invitaba a la gente a
fotografiarse con sus propias razones para acudir a un evento como el 25-S.
Sacamos el Photocall a la calle y llamamos desde las redes sociales a que la
gente se hiciera sus propias fotografías con sus razones. Se trataba de apostar
así por la diversidad, abriendo una convocatoria en un principio muy
excluyente.
Leo: Y finalmente los puntos se
convirtieron en freesbes voladores donde la gente escribió sus demandas y que
hicimos llegar al Congresopor encima de la barrera de policías el mismo 25-S.
Como por tierra no había manera de entrar en el congreso para que nos
escucharan, ¡no nos quedó otra opción que intentarlo por aire!
Habladme del Taller de
Acción Fotográfica “No somos números”
Oriana: Desde la fotografía y en
colaboración con la PAH ,
trabajamos para revertir la representación victimista y deshumanizada que dan
los medios de los afectados por la hipoteca. Retratamos a las personas
pendientes de desahucio o ya desahuciadas y pegamos esos retratos, ampliados,
en los bancos responsables de su situación, mostrando así que los desahuciados
tienen cara y ojos, que no sólo son estadísticas. Y a partir de esas
fotografías, hemos diseñado también una serie de postales donde se explica la
historia de los afectados, dirigidas en primer lugar a los bancos y luego (durante
los escraches) a los políticos.
Campa: Estas intervenciones
fotográficas funcionan en dos sentidos. Por un lado, fortalecen a los afectados
que se acercan a los talleres y posan, ven su fotografía, las pegan en los
bancos y así rompen con la barrera de la vergüenza, se hacen presentes en el
espacio público. Por otro, la imagen opera como guerrilla en la pelea entre los
distintos relatos sobre la crisis, en la lucha que se entabla día a día en los
muros de las ciudades, asociando un rostro a la entidad responsable del
desahucio (en los medios de comunicación se habla de desahucios pero no se
mencionan los nombres de los bancos). Interrumpir el relato dominante y crear
nuestro propio relato: en eso consiste la política que nos interesa.
Leo: Para nosotros lo esencial no
es la calidad de los retratos o los vídeos, sino su articulación con procesos
sociales tan potentes como la
PAH. Pero también somos cuidadosos y exigentes con las
formas. No compartimos la dejadez de quien piensa que lo importante es sólo “lo
que muestra” tal foto o cartel. Nos preocupa lo estético pero no por lo
estético en sí mismo, sino precisamente por lo político que hay en lo estético:
el cómo se cuentan las cosas, el qué se deja ver, el qué se hace sentir. Sin
formas, sólo hay rabia desnuda, no comunicación.
Habéis diseñado también los
populares carteles rojos y verdes de los escraches de la PAH. Un amigo me dijo al
respecto, después de un escrache: “qué importante son esos cartelitos tan
sencillos, sin ellos apareceríamos un poco como una masa enfurecida”.
Leo: El problema de la vivienda
siempre ha sido central para nosotros, algunos ya participamos en la comisión
gráfica de V de Vivienda-Barcelona de donde salió el célebre eslógan “No vas a
tener casa en la puta vida”. En el desarrollo del taller “No somos números” se
generó una relación directa con la
PAH y nos pidieron que elaboráramos la parte visual de la
campaña de escraches. Una propuesta muy importante para nosotros y al mismo
tiempo muy delicada.
Mario: La idea fue explicar el conflicto
con un simple golpe visual. Por un lado, el “sí se puede” de la PAH (el millón de firmas, el
apoyo social, etc.). Por otro, el “pero no quieren” de la élite política
completamente sorda a la sociedad. Verde y rojo: adelante y stop. Muchos
carteles verdes y uno solo rojo: 99% y 1%. Los carteles y las pegatinas están
diseñados, no tanto para el señalamiento de tal o cual político, como sobre
todo para recoger y servir a la expresión del apoyo social a la PAH.
Oriana: En los escraches
argentinos originales es muy importante el papel del barrio. La idea en este
caso era la misma: que se pudiese rodear de botones verdes al diputado en su
propio barrio. Que los comerciantes (el panadero, el ferretero, el kioskero)
pegasen el cartel o la pegatina en sus establecimientos. Es decir, que fuese en
cierta forma el propio barrio el que escrachase al diputado, el que lo invitase
a pulsar verde. Lo importante en los escraches es sumar gente, la gente del
barrio, la gente que pasa, que cualquiera pueda formar parte de la “marea
verde” de la PAH. Ese
es el efecto que intentamos facilitar con los carteles.
Campa: Aquí de nuevo ha sido muy
importante la producción: cómo se pone esto en funcionamiento. Los materiales
son baratos y sencillos, el diseño está publicado en la página de la PAH , cualquiera con una
impresora, unos folios y un poco de celo puede hacerse sus carteles. Para
nosotros es tan importante el concepto (el qué) como la producción (el cómo).
Citadme ya para acabar una
referencia o influencia importante en ese trabajo vuestro entre la imagen y lo
social, entre el arte y la política.
Oriana: El zapatismo, por haberlo
vivido en primera persona y por lo que significa. Venir de la frivolidad y el
desencanto de los 90 y de pronto encontrarte con una nueva manera de hacer
política y comunicar. La importancia de la palabra y los símbolos, en las
condiciones de vida más duras. El trabajo en y desde los imaginarios reales de
la gente con la que trabajas y a la que quieres llegar. La centralidad de los
procesos y no sólo de los resultados.
Mario: La música pop. Mi trabajo
lo veo muy desde ahí, desde lo pop, lo popular. El deseo de comunicación con
toda la sociedad, la voluntad de tocar lo emocional y los deseos, el anhelo de
generar representaciones gozosas en las que te veas reflejado, donde quieras
participar, que te (con)muevan.
Leo: Los Yippies, un grupo que
nace y se mueve en medio de la contracultura americana de los años sesenta y
que pretende radicalizar políticamente al movimiento hippie. Los yippies
entendían el cambio social como una lucha de símbolos y dedicaron la mayor
parte de sus esfuerzos activistas a crear mitos, rumores y ficciones que
cortocircuitasen los relatos dominantes y pusiesen en circulación imágenes
autónomas. En otro contexto muy distinto, yo pienso lo mismo.
Campa: En lo que me atañe, y como
el zapatismo ya está dicho, diría que el punk. No tanto a nivel musical o
estético, sino más bien por una cuestión de actitud: el morro, la frescura, la
inmediatez, el inconformismo, el Do It Yourself, la intensidad de una canción
de 3 minutos. Creo que eso conecta muy bien con lo que hacemos en Enmedio.
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