Título de la presentación:
“Cartografía de la memoria platense. Pasado,
presente, participación y gestión pública”
Autores: Pablo Ungaro, Marta
Vedio, Florencia Thompson
Abstract
Las políticas públicas dirigidas a
estimular la Verdad ,
la Memoria y la Justicia , unidas a la
participación popular permiten la creación y utilización de poderosas
herramientas de comunicación.
El proyecto “baldosas blancas
de la memoria, hacia una cartografía de la memoria platense” se implementa
a partir de una convocatoria pública, votada por unanimidad por todos los
bloques políticos de la ciudad de La Plata. El proyecto apunta a generar
participativamente marcaciones urbanas de sitios donde fueron secuestrados o
asesinados ciudadanos platenses y articula la sistematización y co-gestión
participativa de dichas marcas, a través de GoogleMap.
La “cartografía de la memoria
platense” permite superar los límites impuestos por una pequeña marca física y
dar al proyecto una unidad conceptual que una el pasado con el presente de modo
dinámico. De esta manera, cada marca urbana incorporada en la cartografía
digital refiere tanto a datos históricos personales y de militancia como a
datos presentes: estado de las causas judiciales, lucha de los familiares y
organismos de DDHH así como del propio acontecimiento de reparación simbólica
que el acto co-creación y de colocación de las marcas conlleva.
DATOS DE LOS AUTORES:
Marta Vedio: Abogada de APDH La Plata , Asesora Legal de la Asociación Judicial
Bonaerense AJB y Subsecretaria de DDHH de la Municipalidad de La Plata.
Pablo Ungaro: Diseñador Industrial,
Máster Internacional en Diseño y Management (Universidad de Roma).Co-director
de la Maestría
en Internacionalización del Desarrollo Local, Producción y Diseño (UniBo-UNLP)
Florencia Thompson: Profesora de Artes
Plásticas con orientación en Cerámica, Profesora Adjunta de Procedimientos de
las Artes Plásticas 1 y 2 y Coordinadora de actividades de Extensión para
alumnos de Tecnología de Diseño Industrial. (FBA-UNLP)
Introducción
La ciudad de La Plata ha sido escenario del
desarrollo de múltiples organizaciones políticas, político-militares,
universitarias, sindicales, religiosas, que aún con debates y diferencias a
veces irreconciliables, hicieron un gran aporte a las formas de construcción de
la lucha popular que caracterizaron a las décadas del 60 y del 70.
Así también, la llegada del
terrorismo de estado en 1976 -y aún antes con los crímenes de la Concentración Nacional
Universitaria (CNU) y de la
Triple A (Alianza Anticomunista Argentina)-, hizo de la
región un blanco predilecto de sus prácticas genocidas.
Miles de personas sufrieron
secuestros y torturas; centenares continúan desaparecidas, otras debieron
exiliarse; quienes sobrevivieron cargan aún con las más diversas secuelas.
Niños arrebatados a sus familias y privados de su identidad; prisioneros
políticos encerrados durante años; bienes muebles, inmuebles y empresas enteras
apropiados por los beneficiarios de aquella dictadura.
Esto ocurrió en todo el país y con
particular ensañamiento en la ciudad de La Plata.
Pero también ella alumbró
movimientos de reclamo, de búsqueda y de resistencia como lo son las Madres y
Abuelas de Plaza de Mayo, la A.P .D.H.,
Familiares de Detenidos Desaparecidos, H.I.J.O.S. y tantos otros. Desde los
momentos más atroces de la dictadura, existió una fuerte voluntad de
resistencia, de búsqueda de la verdad, que más tarde se transformó en reclamo
de memoria y de justicia.
De la misma manera, se gestaron
distintas iniciativas de marcación urbana, tanto autónomas como con
participación estatal.
Así, entre otras iniciativas, en
1996 el Concejo Deliberante dispuso colocar placas en los edificios en los que
hubieran funcionado centros clandestinos de detención durante la dictadura y en
2004 se sancionó la colocación de una placa en reconocimiento a las Madres de
Plaza de Mayo en la Plaza
San Martín, donde los días miércoles se llevaba a cabo la
histórica marcha todos los miércoles.
En esa misma plaza, las
organizaciones populares que acompañaban a las Madres pintaron en el piso los
clásicos pañuelos blancos y los mantuvieron hasta hoy.
Un grupo denominado “Baldoseros
por la Memoria ”
colocó una baldosa en el sitio en el que fue asesinada Liliana Barbieri,
militante de la
Juventud Universitaria Peronista.
La magnitud de la represión en la
ciudad torna imprescindible la intervención activa del estado en la tarea de
marcación. Así fue que en 2009, durante la gestión del Intendente Dr. Pablo
Bruera y de Adelina Dematti de Alaye al frente del área de Derechos Humanos, se
sancionó la ordenanza municipal Nro. 10.353 que contó con el voto unánime de
todos los bloques legislativos que integran el Concejo Deliberante, disponiendo
“iniciar el proceso de marcación y/o señalización urbana de los domicilios o
lugares públicos en los que según los registros confeccionados con las
denuncias o surgidos de los juicios, fueron asesinadas o secuestradas personas
que hoy permanecen desaparecidas”.
La norma disponía la convocatoria
a un concurso abierto a la comunidad para definir el diseño de las marcas. Así
fue que en forma conjunta con la
Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional
de La Plata se
elaboraron las bases del mismo, definiendo como objetivo el estímulo y
preservación de la memoria colectiva acerca de la desaparición forzada y
asesinato de trabajadores y luchadores populares por parte del terrorismo de
Estado.
El soporte debía contener, como mínimo, el
nombre de las personas asesinadas o desaparecidas, la organización a la que
pertenecían, edad al momento del hecho, el escudo del municipio y la leyenda
“Memoria, Verdad, Justicia”.
La implementación de la ordenanza,
delegada a la
Subsecretaría de Derechos Humanos ya a cargo de la Dra. Marta Vedio,
supuso la necesidad de resolver desafíos o interrogantes que vienen siendo
planteados históricamente en torno a los trabajos de la memoria. La pregunta de
qué marcar ya estaba respondida por la norma: los lugares en los que fueron
asesinadas o secuestradas personas desaparecidas. Sin embargo, quedaron en pie
otras cuestiones de no menor significación: ¿cómo se decide la marca? ¿quién
puede o debe decidirla? ¿qué nivel de intervención se le da a una marca en
particular en la disputa por el sentido del pasado?
Frente a la complejidad de la
problemática se optó por abrir la decisión a quienes, por historia, trayectoria
y conducta ética, debían ser los protagonistas naturales del proceso: los
organismos de derechos humanos. Así fue que se convocó a todas las
organizaciones de la ciudad de La
Plata a integrar el jurado del concurso, que contó también
con la asesoría técnica de la
Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional
de La Plata.
Aceptaron participar del jurado de
selección, que fue presidido por la Subsecretaria de Derechos Humanos: Madres de
Plaza de Mayo de La Plata ,
Abuelas de Plaza de Mayo Filial La
Plata , la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata , la Asociación Miguel
Bru, la Secretaría
de Derechos Humanos de la
Facultad de Periodismo y Ciencias de la Comunicación y la Secretaría de Derechos
Humanos de la Asociación
de Docentes de la
Universidad Nacional de La Plata.
La convocatoria se lanzó
públicamente en octubre de 2010 y más de veinte propuestas se presentaron a la
convocatoria, varias de ellas de muy buen nivel. La cantidad y calidad de los
proyectos obligó al jurado a una doble vuelta, ya que se preseleccionaron dos
de ellas, se convocó a los autores para que las explicaran y defendieran
personalmente y se les solicitó la construcción de un prototipo para poder
apreciar las características de cada una y con base en ellos poder elegir. Dada
la complejidad de lo solicitado, se otorgó un plazo adicional para concretarlo.
Finalmente, en el mes de febrero
de 2011 el jurado seleccionó por unanimidad de sus integrantes el proyecto “Baldosas Blancas de la Memoria , la Verdad y la Justicia ”, presentado
por sus autores, Pablo Ungaro y Florencia Thompson.
Una vez resuelto el concurso se
convocó a los organismos de derechos humanos, organizaciones populares,
familiares de detenidos desaparecidos y militantes en general, a hacer llegar
sus propuestas para la confección de las listas. En ellas prima un criterio de
pluralismo político y equilibrio geográfico. Por una parte, se van alternando
marcas correspondientes a compañeros de distintas fuerzas políticas o
militancias sociales. Y por otra, se trata de ir incluyendo en la marcación a
las distintas localidades que integran el partido, para no concentrarla en el
casco urbano como ocurre con la mayor parte de las actividades vinculadas a la
memoria o a los derechos humanos.
Es así como se han colocado marcas
urbanas, además de en el centro de la ciudad, en las localidades de Tolosa, San
Carlos, Los Hornos y están previstos próximos señalamientos en otros barrios.
No puede decirse que antes de esta iniciativa el estado municipal haya estado
ausente de la forma particular de abordaje y procesamiento del pasado
traumático que implica la marcación. No obstante, es digno de destacar que
nunca antes se había promovido una iniciativa sistemática y masiva de esta
índole, ni en La Plata
ni en ningún distrito del país.
Se trata de plantar de cara al
futuro un reconocimiento público y duradero a cada militante que en el ámbito
de este partido lo dio todo, hasta la vida, por la construcción de país y un
mundo justo. De rescatarlo en lo que tuvo de individual, dentro de su
pertenencia colectiva. Por eso se incluye su nombre, su edad y en algunas de las
marcas su fotografía. Pero también está su ámbito de militancia; porque la
memoria que proponemos no comienza con la muerte sino con la vida, con la lucha
y con los sueños colectivos que guiaron sus ideales.
Las Baldosas Blancas de la Memoria , la Verdad y la Justicia son una forma de
presencia de aquellos de quienes nos fueron arrebatados sus cuerpos vivos, sus
resistencias y sus muertes. Un aporte material y simbólico a la construcción de
la Memoria Colectiva
que es complementado necesariamente por la mirada del habitante que camina
nuestras veredas, que se detiene ante lo diferente y que recibe como único
“texto” un nombre, una organización, una edad, quizás una fotografía y en
algunos casos una frase, un dibujo o una poesía. Por otra parte, el proyecto seleccionado
dio un importante paso más allá de la marcación física proponiendo la
construcción de una cartografía que integra todos los sitios en un mapa digital
georeferenciado y co-gestionado con todos los actores involucrados.
Las marcas platenses no contienen
un mensaje explícito, no imponen una lectura predeterminada, no le dicen a sus
destinatarios lo que tienen que pensar. Se apoyan en la tremenda materialidad
de los hechos para generar un momento de reflexión, de interrogante, de
diálogo.
Esto dicho sin pretensión alguna
de neutralidad. Claramente la marca es una mediación entre el hecho y el
lector, el paseante, el destinatario. Claramente la marca habla del pasado y
del presente. Nuestras marcas han tomado partido; se inscriben en uno de los bandos
de una batalla cultural en la cual se juega nuestro destino como nación.
Si los atroces y masivos delitos
de lesa humanidad que se cometieron hasta 1983 tuvieron por objetivo rediseñar
la estructura económica y productiva de la nación para ponerla al servicio de
los intereses financieros más concentrados, las iniciativas de memoria no sólo
buscan recordar los crímenes sino también rescatar aquellas luchas y aquellas
resistencias para reconstruir la conciencia de construcción colectiva, rescatar
el concepto de soberanía popular y generar espacios de encuentro y articulación
de quienes no sólo recordamos sino que construimos el futuro sobre aquellas
memorias.
Las Baldosas Blancas de la Memoria irrumpen como
gritos en el ominoso silencio que aún hoy pretende ocultar los crímenes de la
dictadura o igualar víctimas de dos fuerzas imposibles de equiparar.
Desarrollo de la
propuesta conceptual
“La historia ha
cambiado de posición respecto del documento: se atribuye como tarea primordial,
no el interpretarlo, ni determinar si es veraz y cuál sea su valor expresivo,
sino trabajarlo desde el interior y elaborarlo. La historia lo organiza, lo
recorta, lo distribuye, lo ordena, lo reparte en niveles, establece series,
distingue lo que es pertinente de lo que no lo es, fija elementos, define
unidades, describe relaciones ”
Michel Foucault
El señalamiento físico y simbólico
de hechos significativos para una comunidad y el uso de la cartografía se
presentan como acciones conjuntas o herramientas facilitadoras de la
integración social que promueven la apropiación de la Historia por parte de las
comunidades y generan sentido de pertenencia local. Promueven, a su vez,
prácticas reflexivas sobre hechos o sucesos, uniendo el pasado con el presente.
Existen muchas formas de “marcas”
en una ciudad, tangibles, tanto naturales como artificiales: son consecuencias
directas de acontecimientos (por ejemplo: el nivel del agua en una inundación,
la depresión de un bombardeo, etc., etc.) o intangibles. Se conozca su origen o
no las marcas tangibles pueden ser observadas; por el contrario, las marcas
intangibles solo son “visibles” por aquellos que tienen conocimiento de los
hechos, por quienes tienen memoria de esos acontecimientos que les impregnaron
un “aura” al sitio. En ambos casos el “señalamiento” implica recortar esa
porción de la ciudad y escribir sobre su superficie dando cuenta de lo
sucedido. Placas, monumentos, memoriales apuntan tanto a su revalorización como
a la preservación, a lo que se suma un sentido pedagógico.
Por otra parte la visión de
conjunto que permite la mirada cenital de la cartografía da lugar a una
reflexión integradora sobre el impacto que los múltiples acontecimientos
señalizados tienen para una ciudad. Las nuevas herramientas cartográficas
popularizadas y disponibles gratuitamente en la red permiten abordar el mapa,
ya no desde un solo punto de vista (como proponía la cartografía clásica, que
la relacionaba al poder) sino permitiendo la articulación dinámica con la red
social y con los diferentes actores que participan de la comunidad. Un mapeo
virtual, que es histórico, relaciona historias de vida y de las prácticas
sociales de un período determinado pero que, también, es presente, da cuenta de
acciones que la comunidad lleva o llevará adelante a futuro, activando la
participación y constituyéndose al mismo tiempo en un “archivo vivo” y en una
herramienta de comunicación social.
Relación del objeto con su entorno
inmediato y la cuestión formal
Los proyectos que se llevaron
adelante para señalar sitios de la memoria, desde las Artes Plásticas, no
aplicaron la noción de sistema y generaron objetos totalmente ajenos a
la ciudad. En el caso de las “Baldosas blancas de la memoria” la idea surge de
resemantizar un objeto industrial -la baldosa- para que no sea una cuestión
ajena a la ciudad sino, por el contrario, que sea parte de esta “piel”, de la
vereda, superficie que comparte y une toda la ciudad, objeto modular que es el
primero en contactar al vecino cuando sale de su casa, primer nexo con el espacio
público, la porción más pequeña de la ciudad.
Por lo tanto, se estipula que las
instalaciones desarrollen una “modulación” para las avenidas y calles en
relación con las baldosas patrimoniales “tipo” de nueve panes, respetando la Ordenanza Municipal
N° 3001, artículo 172, referida a la tipología de baldosas de la ciudad.
Se diseñó la baldosa por medios
digitales siguiendo el formato determinado por la ordenanza, sin embargo, el
diseño original fue modificado en alguno de los módulos a los efectos de generar
las diferentes “cajas” necesarias para contener la información prevista en las
bases del concurso. Cada instalación incorpora una baldosa con la inscripción
“Memoria, Verdad, Justicia” en bajo relieve, y otra con el Escudo Municipal.
Se aborda cada instalación de modo
particular. Hay sitios donde se proyectan perforaciones en las baldosas,
colocación de espejos (que simbolizan el reflejo de la identidad) o pequeñas
ventanas de vidrio que dan cuenta de que se busca algo más allá de la mera
superficie.
Las “baldosas blancas” operan como
soporte de información, como un pizarrón donde colocar nombres, fechas, frases
e imágenes que den cuenta de lo que sucedió en esas calles que son testigos, no
ya mudos, de los hechos. Se proyectan “señalamientos” dinámicos que permiten
atender una diversidad de situaciones. En el caso de los edificios públicos se
propuso que las baldosas trepen por la pared, rompiendo con la lógica
horizontal de la vereda reforzando el carácter de acontecimiento extraordinario
por lo cual se señala el sitio.
La idea apunta a que en el
imaginario local llegue un momento en que la sola presencia de una baldosa
blanca lleve a pensar que, cerca de allí, pasó algo relacionado con crímenes de
lesa humanidad y se convierta en sinónimo de una presencia que ya no está, de
un desaparecido. Para ello, además del sitio señalizado, se coloca una baldosa
blanca en cada esquina.
Relación con la historia
particular del Sitio –Memoria
La propuesta contempla una zona
que permite, además de los nombres de las víctimas, la fecha de su desaparición
y la pertenencia política, colocar información que identifique a las víctimas
de manera particular, generándose, de este modo, una relación dinámica con la
historia de las víctimas asociada a dicho sitio. Para ello a la superficie se
le puede agregar textos o imágenes que los Organismos de DDHH y/o familiares,
amigos o estudiantes consensúen.
Como la propuesta implica
dinamismo, se trabaja con módulos que pueden repetirse en función de distintas
situaciones. Hay casos en donde se recuerda a una sola persona; hay otros
sitios donde fueron secuestrados u asesinados varias personas. La marca que se
colocó en la Casa
Mariani-Teruggi da cuenta de esta situación ya que en esa
vivienda fueron asesinadas cinco personas y una permanece desaparecida (Clara
Anahí Mariani Teruggi). Por otro lado los sitios donde se recuerda a una sola
persona como la marca que refiere a Lidia Delia Fernández (Lilí), llevan menos
cantidad de módulos.
Los límites que impone la reducida
superficie de la marca obliga a una apretada síntesis simbólica de los
contenidos, elaborados en conjunto con familiares, amigos y/o asociaciones de
la sociedad civil. Para dar algunos ejemplos podemos referir a la propia marca
en el sitio Mariani-Teruggi, marca urbana en la que Chicha Mariani decidió
colocar “mariposas” y en la que participaron los Arquitectos Fernando Gandolfi
y Ana Ottavialelli.
Asimismo en la marca de “Lilí”
familiares y amigos decidieron colocar su foto y un dibujo del gorrión que
ilustra el libro dedicado a ella. La marca urbana correspondiente a los jóvenes
del PST, De Olaso, Ford, Matamoros, la coparticipación correspondió a
familiares (Diego Ferrari), a compañeros de vivienda y militancia que
sobrevivieron (Miguel Lescano) y a la Asociación de ex Estudiantes de Bellas Artes.
Junto a ellos se consensuaron las frases (“No nos han vencido” y “Somos
nosotros los que hacemos el futuro”) junto al logotipo de la Asociación de ex
Estudiantes.
Descripción del proceso productivo
El proceso productivo también
resultó muy rico desde cuatro aspectos:
1-Desde lo tecnológico y
proyectual fue un proceso típico de Diseño. Los modelos fueron diseñados
(Rhinoceros) y construidos calculando las contracciones y ángulos de desmolde
utilizando una fresadora a control numérico sobre Corian. Luego se realizaron
50 moldes de yeso, lo que ya configura una producción semi artesanal. Los
módulos se producen por prensado manual de arcilla blanca, que luego llevan el
horneado del biscocho, el esmaltado, el horneado del esmalte y la colocación de
calcos vítreos y su posterior horneado; estas tres cocciones a través de hornos
eléctricos.
2- Por otro lado resulta muy rica
la mezcla y el diálogo de materiales, entre la cerámica y el vidrio, entre la
cerámica y el espejo, y, en el caso de la obra para el Salón Municipal de las
Artes del fuego, el uso de leds.
En relación a los trabajos con
vidrio se utilizan adhesivos que catalizan con luz ultravioleta, una técnica
innovadora de alta resistencia a la intemperie y a las condiciones climáticas
desfavorables.
3- Desde el punto de vista del
desarrollo local o, mejor dicho, desde el emprendedorismo, surgió de esta
experiencia un emprendimiento: en poco tiempo se organizó una producción, con
bajos recursos, adquiriendo materias primas locales y contratando microempresas
locales para que produzcan los calcos vitrocerámicos. En estos momentos se
realiza un análisis desde el punto de vista del ecodiseño, pero, más allá de
este punto, se trató de que los procesos sean ecocompatibles, respecto al uso
de las materias primas (de los primeros modelos experimentales al resultado
final se redujo casi a la mitad el uso de materias primas, lo que redundó,
además, en un uso más eficiente de las horneadas, y reducción de costos). En
relación con el uso de los esmaltes se evitaron las cubiertas plúmbicas
(contaminantes), reemplazadas por cubiertas alcalinas y se recicla la arcilla.
Relación de la intervención con respecto a la ciudad. “Cartografía
de la Memoria ”.
Como se ha dicho, el proyecto
busca dar un paso más allá de la señalización particular de cada sitio, por lo
tanto, desarrollamos un “proyecto integrador” a partir de un mapa personalizado
con la utilización de Google Maps, que puede ser descargado desde el teléfono
móvil o desde una terminal de computadora, en el que se identifica cada uno de
los señalamientos con su historia respectiva, de manera de obtener un registro
cartográfico que permita un “recorrido de la memoria desde el pasado hasta el
presente”, constituyéndose en un archivo vivo que da cuenta de nuestra historia
reciente pero que también nos habla de quienes somos hoy.
Un mapa virtual geo-referenciado
donde aparecen los sitios señalizados con mucha información asociada,
fotografías, videos, links de los organismos, etc. La particularidad que
destaca a esta herramienta y la hace potente en relación al proyecto, tiene que
ver con la posibilidad de co-gestionar junto a los Organismos de DDHH,
familiares y amigos de las víctimas, los contenidos a incorporar en cada uno de
los sitios marcados y georeferenciados en el mapa virtual.
La administración compartida de
los contenidos permite que las diversas voces expresen sus posiciones
libremente, desde el momento en que al poseer una clave de ingreso al sitio del
Google Maps, son los mismos participantes quienes suben a la web los contenidos
que consideran pertinentes. Por otra parte los documentalistas que acompañan el
proyecto, tienen acceso a subir sus registros en cada punto de la cartografía.
Esta cartografía, a su vez, propone
recorridos, caminos de la memoria platense, trazas urbanas, líneas .que
comunican historias personales, distancias y proximidades.
Si bien la “Cartografía de la Memoria ” se propone como
una herramienta virtual dinámica, esto no implica que desde dicha base pueda
generarse, también, un mapa impreso. Entendido de esta manera, el “monumento
deconstruido” o fragmentario será enorme, tendrá el tamaño de la propia ciudad
y, de hecho, se constituiría en una obra artística y de diseño participativo a
una escala gigantesca, del tamaño de los crímenes de lesa humanidad. El
kilómetro cero de este recorrido se estableció en la Casa Mariani –Teruggi,
Monumento Histórico Nacional.
Conclusiones parciales
“NUESTRA CALLE,
PACIENTE, ENFERMA DE NOSOTROS,
(nosotros que no somos
sino significados
de palabras mayores y
de antemano escritas)
larga, lánguida amiga,
moribunda sin muerte,
nos tiende cada día sus
veredas gastadas
como preguntas
tristes…a dónde, para qué…”
La reciente colocación de la marca
urbana en el sitio donde fueron secuestrados Carlos Alberto Carpani, Rubén Abel
Beratz, Juan Alberto Shudel (quienes convivían con Ricardo Cittadini,
secuestrado un día antes en Buenos Aires), las realizaciones de las marcas
urbanas en los sitios de los secuestros por un lado de “Patulo” Rave, y por el
otro de Daniel Favero, Paula Álvarez, Liliana Beatriz Marcos, Adriana Bigueret,
así como el sitio del secuestro de Luis López Comendador, nos sirve para
presentar algunas reflexiones vinculadas al “acontecimiento” generado en el
propio acto público y sobre los sucesivos “acontecimientos” que se le generan a
los peatones.
Como ya se ha dicho, en estas
marcas se verificó la participación de familiares y amigos respecto a los
contenidos y a la estética (en el sitio Favero se integró un fragmento de una
poesía, en el sitio López Comendador una rosa roja, en el de “Patulo Rave” la
imagen de una mano haciendo la “V”, en el de Beratz y sus compañeros una frase
y la estrella federal). Esta instancia de participación refuerza el sentido
tanto del proyecto como del “acontecimiento”.
Detectamos al menos tres
instancias relativas al “acontecimiento”.
La primera instancia tiene que ver
con la co-creación de la marca urbana. Desde los primeros contactos con los
familiares y/o amigos de las víctimas, los intercambios vía mails, llamadas
telefónicas, encuentros y visitas a los sitios, hasta la determinación de los
contenidos. El acontecimiento “privado” generado a partir de estas relaciones
tiene sentido para los propios participantes del proceso creativo colectivo.
La segunda instancia se relaciona
con el acto mismo de reparación pública, simbólica y celebratoria.
La figura del Estado (representado
por el Intendente Municipal y por la Subsecretaria de DDHH, y en algunos casos por
otras figuras sean del Poder Ejecutivo como del Poder Legislativo), cumple un
rol importante frente a los deudos de las víctimas y al conjunto de la
sociedad. Es el Estado el que está presente asumiendo su responsabilidad desde
un lugar no neutral, reparando simbólicamente ante sobrevivientes, familiares y
amigos los estragos del Terrorismo de Estado.
Por otra parte en esta instancia
del “acontecimiento” público” se dicen palabras alusivas, hablan los familiares
y amigos y se genera un clima de camaradería y solidaridad emocionante que
ayuda a elaborar un duelo inconcluso. En este sentido se observan
acontecimientos de diversa índole, en algunos casos se realizan actos masivos y
en otros se opta por actos íntimos. En ambos casos estos actos cumplen un rol
pedagógico respecto a los propios habitantes que ven movilizados sus barrios
por hechos históricos que algunos vecinos desconocían y de los cuales otros
vecinos pueden dar testimonios.
Una tercera instancia de
“acontecimiento” le sucede al peatón que pasa por la esquina y se encuentra con
una baldosa blanca que produce una alteración en el paisaje de la vereda. El
transeúnte se pregunta: ¿Qué es esto? Luego, cuando se encuentra con la marca
que lleva los datos de las víctimas, puede hacer su propia reinterpretación de
sentido ya que la obra diseñada no fija el sentido. Por ello decimos que el
proyecto rompe con el estereotipo de Nietzsche, ya que el vínculo con el pasado
se presenta como un ejercicio de libertad que no determina el sentido ni
promueve obligaciones morales de modo autoritario como en el caso de los
grandes monumentos.
La discusión que se reavivó con la
visita del artista polaco Horst Hoheisel, respecto de la crítica a los grandes
memoriales como “petrificadores” de la memoria y fijadores de sentido, atravesó
el proyecto vinculándolo a la “anti monumentalidad”. En vez de concentrar todo
en un mismo punto conmemorativo monumental, la obra se fragmenta en cientos de
pequeños acentos modulares que como “tatuajes” en las veredas de la ciudad
identifican cuerpos ausentes. Esta miríada de baldosas blancas (que van tomado
el color de la ciudad), se integran en el mundo virtual, dinámico y con
posibilidades de crecimiento continuo del Google Maps. Poderosa herramienta
virtual que permite la co-gestión participativa de los contenidos.
En este sentido la construcción de
esta cartografía supera los parámetros tradicionales expuestos por Bryan Harley
en relación con la “cartografía y el poder”, en tanto la cartografía propuesta
integra las diversas voces en relación con la temática, operando solo como un
portal de información, como un “archivo vivo” para que cada uno saque sus
propias conclusiones, contribuyendo de esta manera al fortalecimiento de la
democracia y la construcción de ciudadanía.
http://baldosasblancas.com.ar/
http://baldosasblancas.com.ar/
No hay comentarios:
Publicar un comentario